Todo lo que aquí voy a
contar es conocido por la inmensa mayoría de los miembros del Cuerpo, pero me
sirve de preámbulo para hablar de la importancia del caballo en la Guardia
Civil.
El 13 de mayo de 1844, el
Duque de Ahumada crea el Cuerpo de la Guardia Civil, para lograr la
erradicación del bandolerismo y la seguridad de las personas y propiedades en
los campos; estableciéndose dicho Cuerpo en dos especialidades: Infantería y
Caballería.
Toda la vida y hasta
nuestros días ha estado presente el caballo acompañando a los Guardia Civiles,
en la mayoría de los Puestos del territorio nacional estaba presente este noble
animal hasta el año 1981,que fueron retirados por del mando debido a la
tecnología, pasando a usarse otros medios más modernos y considerados como más
eficientes.
Desde 1958 tenemos el
Escuadrón de Caballería de la Guardia Civil, sufriendo diversos cambios tras el
transcurso del tiempo y ahora forma parte de la Agrupación de Reserva y
Seguridad (ARS) ubicado en Valdemoro (Madrid), sus labores principales son:
protocolos, honores y competencias determinadas de orden público.
No me quiero extender más
porque quiero presentar este antiguo recibo firmado por mi padre Guardia 2º de
Caballería Julián Guerrero Torvisco, que lo fue durante muchos años en
distintos Puesto, el último en el de Salvatierra de los Barros, yo su hijo,
también tuve durante varios años caballo adjudicado.
El recibo está firmado el 1º
de Noviembre de 1959, corresponde a los efectos de la Montura número 100,
perteneciente al caballo llamado “Dinca” número B-5, que le fue adjudicado por
la Jefatura de la Comandancia.
Al respaldo de referido
recibo podemos leer en qué consistían los efectos que le correspondía a la
mencionada montura; al leer esta detallada relación se nos refresca con mucho
agrado la memoria y recordamos las atenciones de limpieza y conservación que
debíamos observar los correspondientes adjudicatarios para tener el equipo en
perfectas condiciones de revista y conservación.
Aquí dejo este recibo con mis
deseos de que sea bien acogido por todos esos viejos guardias civiles que
tuvieron adjudicado caballo como el que suscribe y que al tener el recibo en
sus manos lo recibió emocionado.
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