Poetas Muertos
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No se hace uno viejo por haber vivido muchos años,
se hace uno viejo por haber defraudado su ideal.
Gral. MacArthur

lunes, 13 de marzo de 2023

VAIVENES SOCIALES




VAIVENES SOCIALES



  Hoy debería hablar de ayer, pero afortunadamente, ayer ya fue. He paseado con cierta donosura, silbando y mirando a las mujeres sin asomo de miedo. Como casi siempre.
Todo ha quedado dicho, gritado y escrito a colores varios, en una performance urbana, amenizada por jóvenes que aporreaban tambores inmensos a la par que abrían sus piernas y se balancea-ban rítmicamente. Incluso atisbé al mismísimo Carlinhos Brown.

Carlinhos Brown


Lo dicho, ya pasó.

  Cambio de asunto. Nunca me han gustado los letrados estrella, con sombreros de ala ancha, corbatas de seda y pelo casual. Me parecían abogados del Nueva York de los noventa, sin escrúpulos, tiburones, más preocupados por sus minutas y por las cámaras de televisión que por ejercer con rectitud su sagrado ministerio.
Hollywood, como siempre, se ha encargado de popularizarlos. Y nunca sabremos, yo al menos, si Hollywood, imita a la calle o la calle imita a Hollywood.
   Con los jueces me ocurre otro tanto. Había uno que salía de la judicatura y entraba en política, salía de la política y entraba en la judicatura. Hombre de voz atiplada, ojos quizá miopes y enfervorizado bailador de sevillanas. 
  El resto de magistrados no partió peras con nuestro héroe, que de la noche a la mañana abandono ropones y puñetas y dejó de ad-ministrar justicia. Dios aprieta, pero no ahoga.
La némesis de este señor pudiera ser el juez Calatayud, por el que siento simpatía. Le oigo hablar y parece que estoy oyendo a José Mota.


     Empleo el verbo oír a sabiendas, los periodistas ya nunca oyen siempre escuchan. Han proscrito el verbo oír, será un verbo fascista, vaya usted a saber.
  El juez Calatayud, que ejerce en un juzgado de menores de Granada, es manchego de nacimiento y se le entiende todo. Llano, tirando a campechano (no piensen mal, por favor) nos dice cosas sencillas sobre la juventud actual a la que conoce bien. No es político, por lo cual no es demagogo. Si quiere usted un hijo delincuente, dele cuanto pida. Dice cosas así, por lo que yo lo admiro.
  Hay otro juez, gallego, Vázquez Taín, que va mucho a la tele y también es de la escuela de Calatayud. Se le entiende todo, tiene mucho prestigio y hasta hace olvidar su desaliño, propio de una verbena de Orense de los sesenta. Se hace querer Taín.
  Pero, siempre hay un pero, Calatayud, nuestro primer juez, es mortal y también se equivoca.
Propugna, una mili (sic) de cuatro meses. Cree que así los jóvenes sufrirán una transformación freudiana, que les ayudará a ser mejo-res personas y ciudadanos.
  Pero el caso es que el Ejercito, las Fuerzas Armadas, no son un campamento de la OJE, en el que, al calorcito del fuego de campamento, se canta Montañas Nevadas o La Internacional, que ahora sería lo propio.
  La misión de las Fuerzas Armadas viene establecida en la parte dogmática de la Constitución en su artículo octavo. Y no impone la formación de nadie. Que cada palo aguante su vela.
  Si hay inseguridad en las calles, agresiones a profesores, faltas de respeto y un larguísimo etc., que sea la propia sociedad civil la que arregle el desafuero. Modifiquen los legisladores el Código Penal endureciendo las penas, rebajando la edad penal, haciendo responsables subsidiarios a los papás (recordemos el final del kale borroka). Autobús quemado, autobús que pagaban los papás. Se acabó el asunto.
  La familia, la escuela, la universidad, son los que tienen que for-mar a los futuros bárbaros.
Sánchez, la izquierda moderada, se presentó la posibilidad de suprimir el ministerio de Defensa, la izquierda radical odia al Ejercito (servicio Militar, secuestro legal; pajaritos pio pio, militares pum pum). 
  A la derechona le importan un rábano y hacen chascarrillos de cuando engañaban al sargento. 



  Otros se buscaban como Moliere, enfermedades imaginarias para no hacer el servicio militar.
  ¿Saben ustedes cual es el salario de un soldado que conduce un carro de combate, de un radarista de una fragata, de un mecánico de un Eurofigther? O de un soldado en Afganistán, en Irak, en Ma-li; en el Sahel? Ole Aznar y sus guevos (con diéresis), por suprimir el servicio militar obligatorio, aunque fuera obligado para sacar adelante unos presupuestos con la ayuda de Jorge Pujol.
  Las encuestas sitúan a las Fuerzas Armadas en los primeros pues-tos de valoración de los españoles. Yo, como los marines america-nos, no quiero cariño, solo respeto.
  Nada de mili(sic) de cuatro meses. Nada de mili, que cada palo aguante su vela.
  No tengo espacio, otro día les mostraré todas las misiones inter-nacionales de nuestras Fuerzas Armadas y que alguien que firma como Jana, tiene el acierto de recordar. Claro que, silencio sepulcral, a la espera de un lio amoroso entre un cabo y una sargento. Eso llenará portadas.
  En Europa andan a tiros. ¿Acojona eh burguesitos?
Buenas noches amigos y perdón por el desahogo.












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