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No se hace uno viejo por haber vivido muchos años,
se hace uno viejo por haber defraudado su ideal.
Gral. MacArthur

martes, 29 de julio de 2025

LA “Ñ”



LA LETRA“Ñ”

La letra "ñ" es la decimoquinta letra del alfabeto español y representa un sonido nasal palatal, /ɲ/. Se originó en la Edad Media a partir de la abreviatura de la doble "n" (nn) para ahorrar espacio en la escritura. La virgulilla que la acompaña, llamada tilde, también se usa en otros contextos, como el acento gráfico.

 

La letra Ñ no existe en inglés, ni en alemán, ni en francés. No viene del latín, pero aparece en miles de palabras del castellano, el gallego o el euskera y es parte de nuestra forma de nombrar el mundo. Esta es la historia de una letra única: la ñ.

En la Edad Media, copiar un libro era una tarea que llevaba años y que los monjes hacían a mano, letra a letra, con tinta que costaba dinero, y trazos que costaban vidas. Y cuando cada trazo importa, cualquier forma de ahorrar se convierte en una revolución.

Así nació la Ñ. Los copistas comenzaron a abreviar las letras duplicadas, colocando un trazo sobre la letra original. Esa virgulilla (~), que hoy vemos como un adorno, fue primero una necesidad: menos tinta y menos tiempo.

Pasó con “anno”, que se convirtió en año, con “hispannus”, que con el tiempo pasó a español, con “pannum”, que acabó en paño... No era un invento estilístico, era supervivencia, hacer más con menos.

Pero con el tiempo, ese trazo dejó de ser solo una abreviatura y la gente empezó a pronunciarlo distinto. Y lo que nació como una solución práctica se convirtió en un nuevo sonido y en una nueva letra.

La Ñ no existía en latín, pero en lugar de evitarla, como hicieron otras lenguas, el castellano decidió incorporarla. Donde el francés puso “gn”, el portugués “nh” o el italiano “gn”, el español creó algo nuevo. Y lo hizo suyo.

La primera vez que apareció impresa fue en 1492, el mismo año en que Colón partía hacia América y Nebrija publicaba la primera gramática del castellano. Y allí, en ese libro fundacional, la Ñ ya era letra oficial, pero no por casualidad, sino por identidad.

A partir de entonces, la Ñ viajó con la lengua y se instaló en cientos de idiomas del mundo: el gallego, el euskera, el quechua, el aimara, el náhuatl, el guaraní, el mapuche... incluso el agalo de Filipinas. Pero nunca en el inglés, ni en el francés, ni siquiera en el catalán.

En 1991, las empresas de informática quisieron eliminarla, ya que decían que ocupaba espacio, que no era rentable y que dificultaba la “globalización”. Pero hubo una respuesta firme: no se toca. Y España, por primera vez, ganó una batalla cultural.

Desde entonces, la Ñ se convirtió en algo que va más allá de una simple letra. Es una bandera, una resistencia, una forma de decir: “no todo debe adaptarse a lo anglosajón”. Porque el idioma es comunicación, pero también es memoria, es territorio y es una forma de estar en el mundo.

La Ñ está en “año”, en “niño”, en “sueño”... palabras que hablan del tiempo, de lo que está por venir, de lo que nos define. Y, aunque sea una letra medieval, hoy es usada por 600 millones de personas cada día en su idioma.

Y lo mejor de todo es que nadie la inventó en un despacho, sino que la creó la necesidad, la adoptó el pueblo y la defendieron quienes entendieron que también en una letra cabe una patria...

https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%91#:~:text=%C3%91-,Uso,letra%20en%20el%20alfabeto%20filipino.











Quando, Quando, Quando.

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