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No se hace uno viejo por haber vivido muchos años,
se hace uno viejo por haber defraudado su ideal.
Gral. MacArthur

sábado, 25 de octubre de 2025

PUERTAS DE FUEGO --- Libro Primero Jerjes

 


 

PUERTAS DE FUEGO

Libro Primero

JERJES




    Por orden de Su Majestad, Jerjes, hijo de Darío, gran rey de Persia y Media, rey de reyes, rey de las Tierras; señor de Libia, Egipto, Arabia, Babilonia, Caldea, Fenicia, y las naciones de Palestina; soberano señor de Asiria y Siria, Lidia, Frigia, Armenia, Cilicia, Capadocia, Tiacia, Macedonia y el Trans-Cáucaso, Cirene, Rodas, Samos, Quíos y todas las naciones de Jonia, gobernador supremo de India, Partia, Bactria,, Caspia, Susiana, Paflagonia y Etiopía; señor de todos los hombres desde el sol naciente al sol poniente, el más sagrado, reverenciado y exaltado, invencible, incorruptible, bendecido por el Dios Ahura Mazda y omnipotente entre los mortales. Así decreto su magnificencia, como queda anotado por Gobartes, hijo de Artabazo, su historiador:

    Que después de la gloriosa victoria de las fuerzas de Su Majestad sobre el enemigo peloponense de espartanos y aliados en el paso de las Termópilas, al norte de Grecia, habiendo aniquilado al enemigo hasta el último hombre y erigido trofeos por esa valerosa conquista, no obstante Su Majestad, en su sabiduría inspirada por Dios, deseba poseer un mayor conocimiento de ciertas tácticas de infantería empleadas por el enemigo que demostraron ser efectivas contra las tropas de Su Majestad, y de cómo eran aquellos hombre enemigos que, pese ano estar obligados por ley ni servidumbre, afrontando lo insuperable y la muerte cierta, decidieron permanecer en sus puestos y perecieron.

    Tras expresar Su Majestad que lamentaba su escasez de conocimientos y perspectiva de estos temas, intercedió ante el Dios Ahur Mazda en su propio favor. Se halló un superviviente de los helenos (como los griegos se denominaban a sí mismos), gravemente herido y en un estado lamentable bajo las ruedas de un carro de combate, al que no se había visto debido a la presencia de los numerosos cadáberes de hombre, caballos y bestias de carga que se encontraban amontnados en el lugar. Se llamó a los cirujanos de Su Majestad y se les encargó, bajo pena de muerte, que no ahorraran medida alguna para conservar la vida del cautivo; Dios concedió el deseo de Su Majestad. El griego sobrevivió aquella noche y la mañana siguiente. Al cabo de diez días había recuperado el habla y las facultades mentales, y, aunque confinado en una litera y bajo el cuidado personal de cirujano real, fue capaz no solo de hablar por fin, sino de expresar su ferviente deseo de hacerlo.

    Los soldados que le hicieron prisionero observaron algunos aspectos no habituales de la armadura y vestimenta del cautivo. Debajo del casco no se halló el gorro de fieltro del hoplita espartano, sino la gorra de piel de perro que lleva la raza de los Ilotas, los esclavos lacedemonios , siervos de la tierra. En contraste inexplicable con los de los soldados de Su Majestad, el escudo y la armadura del prisionero eran del mejor bronce, grabados al aguafuerte con raro cobalto hibernio, mientras que su casco llevaba la cresta transversal de un espartiata, un soldado.

    En las entrevistas preliminares, la manera de hablar del hombre mostró un compendio del más grandioso lenguaje filosófico y literario, lo que indicaba amplia educción y conocimientos, mezclados con la jerga más tosca y más cruda, gran parte de la cual resultó imposible de interpretar incluso a los más entendidos traductores de Su Majestad. Sin embargo el griego accedió de buena gana a traducirlo él mismo, cosa que hizo utilizando parsí y persa, que, según afirmó, había aprendido durante ciertos viajes por más allá de la Hélade. Yo el historiador de Su Majestad, en su sbiduría inspirada por Dios, instruyo a su sirviente para que traduzca el lenguaje del hombre para pasarlo a cualquier lengua e idioma que sea necesario para repetir el efecto preciso en griego. Esto es lo que he intentado hacer. Ruego que Su Majestad  recuerde el cargo que concedió y no culpe a su servidor por las partes de la siguiente transcripción que ofendan a algún oyente civilizado.
    Inscrito y presentado el vigesimosexto día del mes de Ululu. QuintoAño de la subida de Su Majestad al trono.





Carros De Fuego

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