WILL SMITH
Y LA MUJER
ADÚLTERA
Para ilustrar
la vileza de nuestra época me gustaría confrontar dos episodios sobradamente
conocidos por las tres o cuatro lectoras que todavía me soportan. Uno de ellos,
protagonizado por el actor Will Smith, acaparó titulares en fechas recientes;
el otro es uno de los episodios evangélicos más divulgados y conmovedores.
En su
caballerosa defensa de la mujer adúltera (que no debe confundirse con defensa
del adulterio que ha cometido), Jesús lanza a los fariseos una frase
desafiante: «El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra». Y el
Evangelio nos dice que «se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los
más viejos». Podemos pensar que algunos de esos fariseos dispuestos a lapidar a
la mujer habían cometido, como ella misma, adulterio (aunque no hubiesen sido
sorprendidos flagrantemente); y podemos pensar que habría otros que, sin
haberlo llegado a cometer, al menos se habrían sentido tentados a hacerlo. Pero
también habría entre ellos fariseos que jamás en su vida hubiesen sucumbido a
la tentación, ni tampoco hubiesen coqueteado con ella. Simplemente, eran
personas que conocían las debilidades de la naturaleza humana; y, aunque eran
especialmente celosos en el cumplimiento de la ley de Moisés, su conocimiento
de la naturaleza humana los decide a abandonar su propósito infame de
lapidarla.
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