EL CATOLICISMO DE
WILLIAM SHAKESPEARE
AMPLIA EVIDENCIA APOYA LA ASEVERACIÓN DE QUE EL BARDO DE AVON FUE UN CATÓLICO DE TODA LA VIDA
Este año estamos conmemorando el 400° aniversario de la muerte de uno de los mejores escritores del mundo, William Shakespeare. Para aquellos que durante mucho tiempo han admirado su genialidad e imaginación cristiana, la evidencia de que fue un católico creyente en una época de persecución es muy emocionante.
Nacido en 1564 en Stratfordupon- Avon,
Inglaterra, Shakespeare vivió en una época en la que la práctica del
catolicismo era ilegal. En 1534, el rey Enrique VIII había declarado que él y
sus sucesores dirigirían una iglesia controlada por el estado y que únicamente
se toleraría esta religión impuesta por el estado. Los sacerdotes fueron
torturados y ejecutados, así como aquellos que intentaron ocultarlos del
gobierno tiránico. Los recusantes – aquellos que se negaban a asistir a los
servicios de la religión del estado – fueron sancionados severamente.
La familia de la madre de Shakespeare, los
Ardens, estaban entre los más famosos recusantes de toda Inglaterra. El padre
de Shakespeare, John, fue sancionado por su recusación en 1592 y prefirió
retirarse de la política que jurar fidelidad a la religión del estado. Muchos
académicos, en particular John Henry de Groot, han detallado la evidencia del
catolicismo de Shakespeare, incluyendo el hecho de que firmó un “testamento” de
su fe católica que fue escrito por San Carlos Borromeo y que probablemente
entró de contrabando a Inglaterra en manos de misioneros jesuitas. En cuanto al
mismo Shakespeare, las evidencias sugieren que siguió siendo católico toda su
vida.
Durante la juventud de Shakespeare, la religión del país estaba lejos de ser una cuestión solucionada. En 1568, cuando sólo tenía 4 años de edad, María, la reina de Escocia, huyó a Inglaterra, creando la esperanza de una posible sucesión católica. Posteriormente, esta esperanza se frustró con el encarcelamiento de María por órdenes de la reina Isabel I. La Rebelión del Norte, encabezada por el duque de Norfolk y el conde de Northumberland a favor de María, fue aplastada sin misericordia al año siguiente. Más de 800 rebeldes – principalmente católicos – fueron ejecutados. Numerosos académicos sugieren que la Rebelión del Norte inspiró la segunda parte de Enrique IV de Shakespeare.
Ha habido numerosos debates académicos acerca de lo que hizo Shakespeare de joven entre 1578 y 1582, los llamados “años perdidos” antes de su matrimonio con Anne Hathaway. De acuerdo con John Aubrey, una de las fuentes más antiguas disponibles, Shakespeare “en sus años de juventud fue profesor en su país”. Los académicos, incluyendo a Honigmann, Wilson y Greenblatt, encontraron evidencias de que Shakespeare pudo haber pasado tiempo en la Torre de Hoghton, hogar de una familia recusante en Lancashire. En este caso, probablemente conoció al mártir jesuita San Edmundo Campion poco antes de su arresto en junio de 1581 y su posterior ejecución.
Luego de regresar a Stratford, donde contrajo matrimonio y tuvo tres hijos con Anne, su esposa, al parecer Shakespeare fue forzado a abandonar su ciudad natal. Los académicos como Mutshamnn y Wentesdorf (Shakespeare y el catolicismo, 1952) demostraron que Sir Thomas Lucy, el dueño solariego local, dirigió una venganza contra él. Como el agente protestante principal de la reina Isabel en la zona, Lucy llevó a cabo búsquedas en las casas católicas locales, muy probablemente incluyendo la propia casa de Shakespeare.
En mayo de 1606, Susanna, la hija de Shakespeare, apareció en una lista de recusantes que se presentó ante la corte de la iglesia de Stratford. Este hecho, descubierto en 1964, significa que el catolicismo había sido transmitido de una generación de la familia a la siguiente, sugiriendo incluso que Shakespeare siguió siendo católico toda su vida.
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